QUADRATINCOLIMA
Agencia de Noticias por Internet
Por Ángel Méndez.
Coahuayana, Mich. Febero 13 del 2012.
El colectivo ecologista Guardianes de la Selva está demandando de manera urgente la intervención de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y de la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente, para evitar el derribo de dos árboles Parotas que están por ser arrancadas por la constructora encargada de los trabajos de modernización de la carretera costera de Michoacán en el tramo de este municipio.
Maquinaria pesada de la constructora cuyo nombre se ignora porque ninguno de sus equipos está identificado, realizaban los trabajos previos para tumbar estas dos grandes Parotas ubicadas en las inmediaciones del predio conocido como El Parotal.
La empresa constructora desde el inicio de sus trabajos ha derribado no menos de 10 de estos árboles de Parota con una edad mayor a los 50 años sin que se tenga conocimiento de que hayan presentado un estudio de impacto ambiental, ni tampoco que estén o vayan a efectuar labores de compensación o remediación, como trasplantar los árboles que pudieran moverse o sembrando nuevas Parotas por aquellas que han sido derribadas.
“En este momento son dos las Parotas que están por ser derribadas, pero ya son más de 20 los árboles de estas mismas características los que han sido arrancados y aún se estima que van a destruir por lo menos otros 20; sin duda un impacto considerable para el ecosistema local de Coahuayana cuya superficie territorial se está quedando sin árboles. Urge hacer algo, estos árboles no crecen de la noche a la mañana, tardan años en desarrollarse y no es posible que los que ya tenemos los estemos dejando perder de esta manera”, declaró a este medio uno de los activistas.
La exigencia es para que se pare el ecocidio en contra de las Parotas que viene cometiendo la constructora responsable de las obras de ampliación de la carretera costera en el tramo del municipio de Coahuayana, y en especial que se protejan los árboles del predio El Parotal, además de que se sancione a los responsables y se les obligue a reparar el daño causado en esta zona que además, no hay que olvidar, es parte del Área Natural Protegida Lagunas Costeras de Michoacán.
En este sentido el colectivo ambientalista hace notar que en el vecino Estado de Colima, apenas a un par de kilómetros de distancia, las Parotas han sido declaradas como una especie protegida y en Coahuayana se les destruye sin que a ninguna autoridad parezca importarle.
Los Guardianes mencionaron que la Parota es un árbol de muchos beneficios, pues de él se obtiene una de las maderas tropicales más finas, proporciona sombra, capta agua, sus semillas; con altísimo contenido de proteínas, son un excelente alimento para el ganado y también para la gente, además de que al vivir más de 200 años, un árbol de estos puede llegar a fijar grandes cantidades de toneladas de dióxido de carbono que es el principal gas de efecto invernadero que está causando el cambio climático en el mundo. Por estas y mucha razones más, dijeron, urge la intervención de las autoridades para proteger a las Parotas.
Finalmente los ambientalistas declararon no estar en desacuerdo con que se amplíe la carretera, pues dijeron entender que esto es una necesidad y un bien para Coahuayana “pero el desarrollo debe ser responsable y buscando un equilibrio entre el medio ambiente y las obras de desarrollo como la carretera en este caso”.
Maquinaria pesada de la constructora cuyo nombre se ignora porque ninguno de sus equipos está identificado, realizaban los trabajos previos para tumbar estas dos grandes Parotas ubicadas en las inmediaciones del predio conocido como El Parotal.
La empresa constructora desde el inicio de sus trabajos ha derribado no menos de 10 de estos árboles de Parota con una edad mayor a los 50 años sin que se tenga conocimiento de que hayan presentado un estudio de impacto ambiental, ni tampoco que estén o vayan a efectuar labores de compensación o remediación, como trasplantar los árboles que pudieran moverse o sembrando nuevas Parotas por aquellas que han sido derribadas.
“En este momento son dos las Parotas que están por ser derribadas, pero ya son más de 20 los árboles de estas mismas características los que han sido arrancados y aún se estima que van a destruir por lo menos otros 20; sin duda un impacto considerable para el ecosistema local de Coahuayana cuya superficie territorial se está quedando sin árboles. Urge hacer algo, estos árboles no crecen de la noche a la mañana, tardan años en desarrollarse y no es posible que los que ya tenemos los estemos dejando perder de esta manera”, declaró a este medio uno de los activistas.
La exigencia es para que se pare el ecocidio en contra de las Parotas que viene cometiendo la constructora responsable de las obras de ampliación de la carretera costera en el tramo del municipio de Coahuayana, y en especial que se protejan los árboles del predio El Parotal, además de que se sancione a los responsables y se les obligue a reparar el daño causado en esta zona que además, no hay que olvidar, es parte del Área Natural Protegida Lagunas Costeras de Michoacán.
En este sentido el colectivo ambientalista hace notar que en el vecino Estado de Colima, apenas a un par de kilómetros de distancia, las Parotas han sido declaradas como una especie protegida y en Coahuayana se les destruye sin que a ninguna autoridad parezca importarle.
Los Guardianes mencionaron que la Parota es un árbol de muchos beneficios, pues de él se obtiene una de las maderas tropicales más finas, proporciona sombra, capta agua, sus semillas; con altísimo contenido de proteínas, son un excelente alimento para el ganado y también para la gente, además de que al vivir más de 200 años, un árbol de estos puede llegar a fijar grandes cantidades de toneladas de dióxido de carbono que es el principal gas de efecto invernadero que está causando el cambio climático en el mundo. Por estas y mucha razones más, dijeron, urge la intervención de las autoridades para proteger a las Parotas.
Finalmente los ambientalistas declararon no estar en desacuerdo con que se amplíe la carretera, pues dijeron entender que esto es una necesidad y un bien para Coahuayana “pero el desarrollo debe ser responsable y buscando un equilibrio entre el medio ambiente y las obras de desarrollo como la carretera en este caso”.