lunes, 28 de marzo de 2011
GUARDIANES DE LA SELVA LIBERAN HEMBRA DE OCELOTE EN EL CERRO DE LA AGUJA
Una de las acciones más significativas, emotivas, a la vez que significativas de los Guardianes de la Selva sucedió ayer al haberse liberado en la Selva del Cerro de la Agua a la gatita Kity; una hembra de Leopardus pardalis que es una de las varias especies de felinos salvajes que habitan en esta región del noreste de Coahuayana, Michoacán, México.
Conocida con los nombres locales de "Mojocuan" o "Windure", la Kity es un Ocelote (del náhuatl "océlotl) el cual es uno de tantos habitantes de la selva de Coahuayana que se encuentra en peligro de extinción debido; principalmente a que su zona habitable; es decir la zona boscosa, y también comida se vienen reduciendo cada vez más debido a diferentes actividades del ser humano; principalmente los desmontes y las quemas desordenadas a lo que ahora hay que sumar el mayor peligro de todos: los proyectos de minería que pretenden acabar con los últimos parches de selva que aun quedan; principalmente el Cerro de la Aguja.
Guardianes de la Selva es un colectivo de trabajo formado por familias campesinas de las comunidades del noreste de Coahuayana, quienes a partir de la comprobación "en carne propia" de los efectos negativos de los proyectos mineros en la región, han optado por emprender acciones tendientes a proteger el ecosistema local, buscando formas sostenibles para el aprovechamiento de los recursos naturales.
En el caso de Kity, ésta gatita fue rescatada hace un año; apenas a unos días de nacida, cuando cazadores irresponsables de las comunidades vecinas dieron muerte a su madre. Durante estos meses Kity fue criada por los pobladores de Santa María Miramar (en casa de la compañera Celina López), quienes al momento de devolverla a la Selva breve pero emotivamente pidieron la ayuda de "organizaciones ambientalistas, del Gobierno de Michoacán; a la licenciada Paty Flores, y a los amigos y vecinos en general, para que nos ayuden a proteger a esta gata y a toda la selva en general, porque aquí vivimos y de aquí dependemos todos".
Aunque desorientada en un primer momento, cuando ya se vio libre comenzó a explorar su nuevo hogar hasta que encontró acomodo en una especie de madriguera que ya la Selva le tenía preparada entre unas rocas y un viejo tronco; a manera de cueva, donde se instaló cómodamente y desde ya nada mas emitió un gruñido a manera de gratitud y despedida. El Rey Coliman y el espíritu de los dioses primeros; del Cerro de de la Aguja, cuidarán ahora de ella.
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