viernes, 22 de enero de 2010
PROHIBIDA LA ENTRADA DE LA MINERA TERNIUM A LAS COMUNIDADES DEL NORESTE DE COAHUAYANA
Enésimo capitulo de la resistencia de los Guardianes de la Selva en contra de los pretendidos proyectos de explotación minera en Coahuayana.
PARTE DE NOVEDADES
En la localidad de Santa María Miramar; municipio Coahuayana, Michoacán, México, a los 21 días de enero del año 2010, 15 horas, se sucedieron los siguientes acontecimientos:
Reunidos Comisión de Investigación de los Guardianes, para tratar el asunto-problema de la destrucción del letrero gigante que la tarde del pasado día 15 de los corrientes fue colocado por nosotros a la entrada del Ejido Santa María con el mensaje:
SE PROHIBE EL PASO A TODA EMPRESA MINERA
Y SUS CONTRATISTAS
No bien se había comenzado la discusión del asunto-problema y apenas se había comentado que si bien la destrucción del letrero es un asunto grave aun quedaba la publicación del mensaje en la prensa local y su aparición en diferentes páginas de Internet, y sucedió entonces que miramos pasar por la calle del pueblo, campantemente, una camionetota; color blanco, con el logotipo y la leyenda de la minera Ternium, en cuyo interior viajaban dos hombres reconociendo a uno de ellos como “el ingeniero Topete” de quien ya hemos hablado anteriormente.
Se decidió entonces posponer la reflexión sobre el asunto-problema para enfocarnos a dar cumplimiento a lo acordado tiempo atrás de entregar al primer directivo de Ternium que se presentara en Santa María el escrito; respaldado por los comisariados ejidales de Santa María y la Comunidad Indígena de Achotán, donde se manifiesta la decisión de los Guardianes de no tener mas ningún tipo de contacto con esa empresa así como la solicitud al personal de la minera; de todos rangos y niveles, para que se abstengan de visitar nuestra zona de influencia (ver documento escaneado).
Así que nos pusimos a esperar que los empleados de Ternium terminaran su visita a la casa de la señora encargada del orden de esta localidad, donde estuvieron reunidos por un rato con un pequeño grupo de señoras sin que se haya sabido el motivo de dicha reunión.
Cuando ya el ingeniero Topete y su compañero se disponían a retirarse fue que lo llamamos y, de manera respetuosa, le hicimos entrega del mencionado documento, solicitando la correspondiente firma de recibido a lo cual se negó sin dar explicación y solo se limitó a decir que se daba por enterado. Total que de todos modos todo esto estaba siendo grabado por nosotros con una pequeña cámara digital de manera que existiera testimonio fidedigno de lo ocurrido.
Finalmente y después de no mas de cinco minutos y poca conversación se retiraron los señores mineros con la amonestación de los Guardianes de no regresar a esta comunidad; y en caso de tener asuntos por tratar con personas de este lugar que por favor dichos temas los traten fuera de nuestros pueblos.
De la poca conversación que se tuvo con la gente de Ternium queremos rescatar dos comentarios que nos parecen de suma importancia por la luz que aportan sobre las razones que motivan a ambas partes; Guardianes y Empresa, en esta lucha desigual:
1. Por un lado destacar la soberbia del ingeniero Topete al argumentar que la decisión final sobre la ejecución o no del proyecto minero no nos concierne para nada a nosotros como habitantes de la zona noreste de Coahuayana. Cuanta altanería, cuanta falta de conciencia pero sobre todo de respeto por parte de este señor hacia los habitantes de Santa María y comunidades vecinas. Y las preguntas brincan: a qué se atiene este ingeniero Topete? Qué le da el valor para venir a insultar con su altanería la humildad y el derecho fundamental que como seres humanos nos corresponde a decidir sobre nuestro destino y futuro; el nuestro y el de nuestros hijos. Dejamos a la imaginación del hipotético lector las respuestas a estas interrogantes.
2. Cuando se le recriminó al ingeniero Topete el que no hubiera regresado a dar respuesta formal a la propuesta presentada por los Guardianes para dar salida al problema pendiente de la restauración ambiental en el Cerro de la Aguja; compromiso que él mismo se puso a principios del mes de agosto del año 2009, contestó que no regresó porque en nuestra propuesta se veía claramente que a nosotros no nos interesaba la reforestación, que nos interesaba solo el dinero. Bueno, esta respuesta sí es de risa y vamos a decir porqué:
a. Recordemos que la restauración no sería necesaria si la empresa no hubiera entrado arbitrariamente a realizar la destrucción de nuestra selva; derribando árboles, secando ojos de agua, abriendo carreteras…,
b. La tal restauración; a lo cual está obligada Ternium por disposición gubernamental, fue ofrecida a los Guardianes de manera conjunta por personal de la empresa y del gobierno del estado (existen videos de la reunión donde esto sucedió, en los primeros meses del 2009); “para que se ayuden económicamente en este tipo de crisis”. A esto contestamos que NO; precisamente porque nosotros no estamos por vender nuestra agua, nuestro ecosistema, nuestro futuro.
c. Luego vino a complicarse mas las situación para la empresa (ya que cuanto mas tiempo pase sin que se realicen los trabajos la empresa es multada por el gobierno, o bueno, eso se supone) cuando la comunidad indígena de Aquila (en cuyo territorio se encuentra efectivamente parte del lote minero y quien de hecho ya negoció con Ternium la explotación del mineral a cambio de unos cuantos pesos) hizo patente su rechazo a que “los ejidatarios de Santa María” realizaran la mencionada restauración ya que, según dijo el señor “Rafa Méndez”; asesor del gobierno de Michoacán, ellos querían agenciarse ese trabajo para; obviamente, quedarse con el pago correspondiente.
d. Aun así la gente del gobierno del estado, en la persona de Rafa Méndez continuó ofreciendo los trabajos de restauración a los Guardianes y hasta se hizo venir a la gente de la Comisión Forestal de Michoacán para que realizara el presupuesto y el proyecto técnico de los trabajos, todo esto con el compromiso de Rafa de conseguir que la gente de Aquila cambiara su postura y permitiera a los Guardianes realizar los trabajos, situación que finalmente no pudo ser ya que Rafa no solamente no consiguió cambiar la decisión de los indígenas de Aquila si no que, aun sabiendo que esto no iba a resultar aun continuó sosteniendo su tesis de que sí, que ya merito, que “mi compa Agustín (comisariado de Aquila en ese momento) ya dijo que sí y nomás falta que firme el permiso”, que “solo falta hablar con Cochelo (presidente municipal de Aquila), que mañana, que pasado, etc., etc., etc., hasta que al fin él solo se hizo el ofendido cuando le recriminamos su falta de seriedad y terminó por decir “es mas, yo me abro, yo no quiero saber mas nada de este asunto”.
e. Nosotros manifestamos entonces al Ingeniero Topete; en nuestra primera entrevista con él, nuestra intención de no impedir que la comunidad indígena de Aquila (o cualquiera otra persona) realizara la restauración ambiental; toda vez que no podemos ir en contra de cualquier acción tendiente a conservar y proteger la selva y nuestras fuentes de captación de agua. Únicamente dejamos en claro nuestra decisión de no permitir el acceso de la gente de Aquila (o de cualquiera otra persona) por los caminos del Ejido Santa María que conducen a la zona del lote minero. Esto no por egoísmo si no por un sentido elemental de dignidad; ya que no podemos permitir que las mismas personas que antes dieron su anuencia para que se destruyeran nuestras fuentes de captación de agua a cambio de unos cuantos pesos; y sin tomarnos en cuenta como los primeros y mas afectados, ahora pretendieran venir a seguirse beneficiando a costa nuestra.
f. Valga mencionar que desde un primer momento nosotros hemos manifestado; con base en la experiencia que nos da el ser habitantes antiguos de este lugar, campesinos, conocedores empíricos pero efectivos de los procesos ecológicos de la selva local, que la pretendida restauración ambiental de Ternium no es necesaria toda vez que la selva tiene la capacidad de regenerarse sola, con la única condición de que no se le siga dañando; es decir que se suspenda definitivamente el proyecto minero. Claro que esto ha sido ignorado tanto por la empresa como por la gente del gobierno, quizás porque creen mas en sus ciencias, en sus modelos y en sus multas de papel, que en el conocimiento ancestral de la gente local de esta zona. O quizás porque a ellos sí, lo que realmente les interesa es el dinero y la tal restauración no es mas que una farsa, una forma primitiva de lavar su conciencia.
g. Entonces el ingeniero Topete asumió el papel de Rafa Méndez y dijo que él si va a conseguir los permisos de Aquila para que los Guardianes realizaran los trabajos; “porque si no a mi me meten en un problema”, así dijo. Al igual que Rafa el Ing. Topete también falló y entonces dijo que no seamos así, que le evitemos problemas y nos pongamos de acuerdo con Aquila para que trabajemos juntos. Ya entonces le explicamos que esto no se puede porque simplemente las posturas de ambas comunidades son completamente opuestas; ellos desean el dinero nosotros la conservación de nuestros recursos naturales.
h. Así pues el Ing. Topete nos pidió una propuesta para salir de este problema (como si el problema fuera nuestro y no de él). Entonces y como un gesto mas de nuestra buena fe y disposición de terminar con esta situación de la mejor manera (una vez mas) nos dimos a la tarea de pensarle cómo salir de esto y recordamos que en nuestra primera entrevista con el Ing. Topete éste dijo que la multa del gobierno no les importaba mucho como empresa ya que tenían dinero suficiente para pagar; cosa que, por lo demás, salta a la vista; solo hay que recordar con que facilidad de le dieron 50 millones de pesos a la comunidad indígena de Aquila para que no los denunciaran por los graves daños causados al medio ambiente; daños que la misma comunidad había autorizado en un primer momento como ya hemos mencionado anteriormente. El caso es que, tomando en cuenta esto presentamos nuestra propuesta que básicamente se resumía en que Ternium pagara a la comunidad indígena de Aquila los trabajos de restauración ambiental pero sin que los indígenas hicieran presencia en el predio minero, asumiendo los Guardianes la responsabilidad de realizar los trabajos en campo (esto dado que lo que la comunidad de Aquila persigue es el dinero y eso no es un secreto ni jamás han pretendido ocultarlo). A cambio la empresa minera realizaría aportaciones económicas al Ejido Santa María y a la Comunidad Indígena de Achotán por un total de 3 millones de pesos que serían destinados a la realización de obras y acciones tendientes a revertir los graves daños causados a los caminos locales y la contaminación del Río Saucito a consecuencia de la exploración minera realizada por Ternium durante el año 2008. Esto sucedió por allá de finales de julio y principios de agosto del año 2009, y fue entonces cuando el Ing. Topete quedó de regresar “el martes siguiente con una respuesta a su propuesta, aunque de entrada se ve muy ambiciosa”. Nunca regresó y por eso la recriminación que se le hizo hoy día y pues ya vimos cual fue su reacción. Valga mencionar aquí que la decisión de hacer pública esta propuesta ha sido la más difícil de todas cuantas hemos debido tomar desde que iniciamos con nuestra lucha de resistencia en contra del proyecto minero, pues como nunca antes las opiniones se dividieron entre quienes veían en esta acción la posibilidad de contar con los recursos financieros que irremediablemente serían necesarios para resarcir, al menos en parte, los graves daños ambientales causados a la selva y el río, y aquellos que sentíamos que de alguna manera estaríamos doblegando nuestros ideales y orgullo al aceptar dinero de la empresa minera. Al final se decidió dar para adelante a la propuesta y todos estuvimos de acuerdo en que era la salida mas adecuada al problema: ganaba la empresa minera al cumplir con la normativa ambiental, ganaban los indígenas de Aquila quienes, sin mover un dedo, recibirían el pago económico por los trabajos de restauración; que al fin de cuentas es lo que les interesa, ganaba también el gobierno del estado al dar por distendido en gran medida un problema en el cual debió involucrarse mas por presión social que por convicción propia, y finalmente, aunque en menor medida, ganábamos también los Guardianes; y decimos que en menor medida porque al fin de cuentas el daño a nuestro ecosistema local ya está hecho. Como hemos visto, en los hechos la única disposición real por salir de este embrollo ha sido la nuestra. Nuevamente, juzgue usted hipotético lector ¿de qué lado juega la razón en esta locura?
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